Quedan pocos días para que acabe el colegio y comiencen las vacaciones escolares, tan deseadas por los niños. Es momento de recoger los uniformes y de guardarlos, para volverlos a sacar dentro de dos meses. Eso siempre que hayan resistido a todo el curso y todavía se puedan usar.
Los pantalones y las faldas suelen ser los más damnificados por las “travesuras” de los más pequeños. Pero las partes de arriba, es decir camisas, polos y jerseys, aguantan mejor el paso del tiempo y es probable que los podamos volver a utilizar. Aunque sea para otro hermanito, primo, vecino…
La mejor manera de guardar estas prendas para conservarlas en perfecto estado es lavarlas a temperatura media. Es importante separarlas por color y tejido, para evitar sustos indeseados. Una vez que las tenemos recién lavadas, el siguiente paso es plancharlas con una buena plancha. Un centro de planchado como éste nos ayudará a planchar mejor cada una de las prendas. Más rápido, con menos esfuerzo y mejores resultados.
Falda con tablas:
Ésta prenda es la más complicada de todas, al no ser una superficie de tejido regular. Las tablas salen de la lavadora orientadas cada una hacia un lado y ponerlas en orden lleva su tiempo. Hay que hacerlo una a una para que quede perfecta. Para ello, te recomendamos un truco muy práctico:
- Utiliza un trapo húmedo y colócalo entre la falda y la plancha. De esta forma, conseguirás que las tablas queden más plisadas y que no aparezcan brillos, si la falda es de un color oscuro, algo que suele ser habitual en los uniformes escolares. Levanta el paño a medida que avanzas y evita que llegue a secarse totalmente al pasar la plancha. No solo evitarás el contacto directo entre el pantalón y la base, sino que además aumentará la cantidad de vapor.
Pantalón:
Los pantalones suelen tener muchas “marcas” de todo el curso, en forma de rotos que intentamos tapar como podemos con las rodilleras. Pero si tenemos la suerte de tener uno que ha llegado indemne a fin de curso, es momento de plancharlo.
- El primer paso para planchar el pantalón es empezar por los bolsillos. Con las manos los colamos correctamente y pasamos la plancha por encima. Empieza por los bolsillos traseros y ve dando la vuelta a la caja del pantalón, hasta acabar planchando los delanteros.
- A continuación, seguimos por las piernas. Para obtener mejores resultados, planchamos una por una por separado. Para ello, colocamos una de las piernas del pantalón sobre la otra para que las costuras coincidan. Y pasamos la plancha por encima.
- Después, damos la vuelta a la prenda con mucho cuidado y planchamos el lado que nos queda.
Camisa:
Vamos con otra de las prendas estrella de los uniformes.
- Para que nuestros hijos la luzcan siempre perfecta, empezaremos planchando los dos laterales. Después, seguimos con la espalda y hombros. Aquí la tabla nos va a ser de gran ayuda.
- Colocamos el hombro en la parte redondeada y pasamos la plancha hasta que quede sin arrugas.
- Seguimos con la solapa, es decir, la tela que hay entre los botones. Para evitar que éstos entren en contacto con el calor y se quemen podemos taparlos con unas cucharillas pequeñas.
- Continuamos con los puños y las mangas y, por último el cuello. Para ello, coloca el cuello totalmente extendido sobre la tabla antes de planchar la tabla. ¡Ya lo tenemos!
Polo:
Actualmente muchos colegios han dejado de lado la camisa para pasar a utilizar el polo en sus uniformes. Es una prenda más cómoda para los niños y más resistente. Y también más fácil de planchar, algo que se agradece.
Quizá la parte más complicada de planchar de esta prenda es el cuello.Al ser un tejido más grueso, cuesta un poquito más quitar las arrugas. Para ello, hacemos igual que con la camisa: extendemos bien el cuello sobre la tabla y pasamos la plancha con decisión hasta que quede bien alisado.
Y así hemos llegado hasta el final. Ahora es momento de guardarlos en el armario y confiar en que, cuando llegue septiembre, los peques no hayan dado un estirón de los suyos y puedan seguir llevándolas. Si no, siempre podemos guardarlos para los hermanitos. 🙂