¿Sabrías decir cuál es la bebida que más se consume en el mundo después del agua? Efectivamente, es el té, una bebida que «quita la sed y anima el corazón», según reza un conocido dicho oriental. Esta bebida milenaria forma parte de la tradición de países como China, Japón, Turquía, La India y Oriente Próximo, pero en los últimos años ha despertado también interés entre los países de Occidente por sus propiedades beneficiosas para la salud.
Al té se le atribuyen numerosos beneficios, según sostiene la Fundación Española del Corazón. Se dice que esta bebida milenaria previene la arterosclerosis, un estrechamiento de las arterias; reduce el riesgo de infarto, ayuda a controlar la hipertensión y protege frente al cáncer y la osteoporosis. Además, ayuda a disminuir los niveles de colesterol y azúcar en la sangre.
No obstante, aunque las conclusiones de los estudios realizados sobre las propiedades saludables del té son muy alentadoras, se requieren más investigaciones que confirmen todavía más estos efectos desde el punto de vista científico.
¿Cuáles son los componentes del té?
1. El té contiene cafeína, pero en menor medida que el café.
2. Flavonoides: actúan como antioxidantes y son capaces de neutralizar los efectos de moléculas que pueden ser perjudiciales para las células del corazón. Esta sustancia está presente también en otros alimentos, como el brócoli.
3. Minerales alcalinos.
4. Aceites aromáticos que facilitan la digestión de grasas.
5. Vitaminas B1, B12, A y K, en pequeñas cantidares.
Estas propiedades se atribuyen a todos los tipos de té, aunque el té verde y el té blanco son los que tienen más propiedades beneficiosas para la salud.
¿Qué es el té blanco?
El té blanco se elabora con los brotes más jóvenes de la planta camellia sinensis, mediante un proceso mucho menos elaborado que el resto de tés, por lo que contiene un alto nivel de nutrientes. Al igual que el resto de tés, es una bebida baja en calorías y que suele incluirse en muchas dietas de adelgazamiento.
Dicho esto, ¿a quién no le apetece ahora una tacita de té blanco? Aquí te vamos a proponer un taza de té blanco muy original, con el que podrás sorprender a tus amigos e invitados.
Té blanco con sabor a albaricoque
¿Cómo lo hacemos?
Hace unas semanas descubrimos en este blog cómo funcionaba el deshidratador de alimentos. Con este pequeño electrodoméstico, podemos deshidratar las frutas de verano y degustarlas durante todo el año, como aperitivo, como condimento para platos más elaborados, o en el té, como vamos a hacer ahora. Añadiendo albaricoque deshidratado a nuestro té blanco, conseguiremos darle un toque y un sabor distinto y original.
1. Podemos guardar las frutas previamente deshidratadas en unos botes como estos, para utilizarlos a lo largo del año. ¿Cómo las hemos deshidratado? Descúbrelo aquí.
2. Si tenemos un hervidor de agua en casa podremos preparar las infusiones en poco tiempo. Vertemos el agua caliente en la tetera y añadimos el té. También podemos utilizar té en bolsitas y prepararlo directamente en las tazas.
3. Al servirlo añadimos a la tacita de té, una o dos piezas de albaricoque deshidratado y dejamos que repose unos instantes.
4. ¡Podemos probar a combinar el sabor de varias frutas deshidratadas en nuestro té blanco! Por ejemplo, el kiwi y el albaricoque combinan a la perfección.