El café es una bebida internacional, que podemos encontrar en cualquier lugar del mundo. Nos da los buenos días; nos acompaña en nuestros descansos o en nuestros ratos de conversación…
Esta bebida tiene un denominador común en todo el mundo: el café natural, pero hay muchas formas de elaborarlo. Tantas que la diferencia, entre unos tipos de café y otros, puede ser enorme.
¿Qué tipos de café existen?
- Café solo
- Café con leche
- Café largo
- Café Capuchino
- Café cortado
- Café machiatto
- Café bombón
- Café Vienés
- Café Irlandés
- Y una variedad de café frío….
Hay países donde se consume más un tipo de café que otro. En España el café más popular es “el cortado”, que se sirve con 40 ml de café aproximadamente y 10 ml de leche.
Pero si hay un tipo de café popular, conocido en todo el mundo es el café irlandés. Si lo pides en un restaurante o en una cafetería no te preguntarán cómo hacerlo.
La historia de este café nació en Foynes, al oeste de Irlanda. Cuentan que en el bar del aeropuerto se les ocurrió la idea de añadir un poco de whiskey al café para compensar las altas temperaturas y atemperar la espera de los pasajeros, cuyo vuelo se había retrasado por malas condiciones meteorológicas.
La idea gusto tanto que corrió como la pólvora y pasó a engrosar la lista de los cafés más populares.
Hacer este café en casa también es posible y eso es lo que nos hemos propuesto en este blog, donde iremos desvelando cómo hacer distintos tipos de café.
¿Cómo se hace un café irlandés?
Lo primero que tenemos que saber es que el café irlandés no se sirve en tacitas, sino en un vaso grande o una copa.
El primer paso es añadir al vaso un chupito de whiskey templado y mezclarlo con azúcar moreno.
A continuación, preparamos el café espresso. Ésta es la base de casi todos tipos de café –capuchino, cortado, café con leche- .
Las cafeteras espresso están diseñadas para hacer este tipo de café. Gracias a la alta temperatura que alcanzan y a la presión, son capaces de extraer rápidamente todo el sabor del café, con una textura cremosa. En las cafeteras espresso, el café molido está contenido en un filtro metálico con agujeros de diámetro muy pequeño y se pone en contacto con el agua a presión procedente de un depósito.
Algunas de estas cafeteras permiten utilizar tanto café molido como café en monodosis tipo E.S.E., un tipo de cápsula blanda de aproximadamente 44 mm de diámetro que contiene en su interior la cantidad de café adecuada, con el grado de molido y el prensado idóneo para hacer un buen expreso. ¿Sus ventajas? Son rápidas, limpias y cómodas, ya que tan sólo tenemos que introducir la cápsula y presionar un botón. Descubre aquí cómo hacer el espreso perfecto.
Cuando ya tenemos nuestro café hecho, lo añadimos con una cucharadita a la copa para que se quede en capas y no se mezcle.
El último paso es añadir una ‘crema de leche’ o una ‘nata casi montada’ por encima del café. El café irlandés se sirve sin cuchara para no mezclar los ingredientes. La nata fría o a temperatura ambiente se queda en la parte de arriba y actúa de contrapunto con el humeante café.
¡Ya lo tenemos! Como ves, hacer un auténtico café irlandés en casa es posible. Es el café perfecto para continuar la velada, tras una cena con amigos.