La falta de humedad provoca irritaciones en las zonas más sensibles de nuestro cuerpo, como la piel, los ojos o las fosas nasales. La calefacción en invierno o el aire acondicionado en verano resecan el ambiente y eso acaba afectando a nuestro bienestar. Lograr que nuestra habitación tenga un nivel de humedad adecuado es posible si contamos con un humidificador.
Este pequeño aparato nos ayuda a respirar de forma más fluida y, en definitiva, a dormir mejor. Además de la calefacción, en invierno sufrimos resfriados, constipados, gripe…, dolencias que dificultan la respiración. Por eso, un humidificador se convierte en un aliado perfecto para humedecer una habitación.
De hecho, los humidificadores se utilizan también como parte del tratamiento de la sinusitis, ya que aumenta la humedad en la nariz y ayuda con la secreción de mucosidad.
Los humidificadores se utilizan también como parte del tratamiento de la sinusitis, ya que aumenta la humedad en la nariz y ayuda con la secreción de mucosidad.
¿Cómo funciona el humidificador de aire?
- El humidificador se encarga de regular el nivel de humedad hasta alcanzar el más adecuado.
- Tiene un depósito de 1, 7 litros de agua, que podemos llenar y vaciar fácilmente.
- Puede estar hasta 8 horas en funcionamiento continuo.
- Cuenta con un regulador para ajustar la cantidad de vapor.
- Tiene un diseño y tamaño compacto, por lo que podemos colocarlo en cualquier lugar de la habitación.
- Es silencioso, algo que tenemos que tener en cuenta a la hora de decantarnos por uno u otro modelo, ya que vamos a utilizarlo mientras dormimos.
Humidificadores para el sueño del bebé
Los pediatras aconsejan el uso de humidificadores en las habitaciones de los bebes para ayudarles a respirar mejor, especialmente, cuando están resfriados. Además, una atmósfera seca puede resecar la garganta y las fosas nasales, haciendo a los bebés más vulnerables frente a los catarros.
La sequedad bucal es otra de las consecuencias de la falta de humedad, que nos puede llevar incluso a despertarnos por la noche, para beber un poco de agua y quitarnos esa sensación tan agobiante. No te apures, es bastante habitual que esto ocurra. Nuestro organismo segrega saliva a lo largo de todo el día, pero disminuye notablemente por la noche.
Además de un ambiente seco, hay otros factores que también pueden producir sequedad como, por ejemplo, mala respiración por un tabique desviado o sinusitis o utilización de ortodoncia o férulas de descarga para dormir.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la sequedad bucal por la noche son:
- Tener la boca seca por la noche nos puede llevar a despertarnos en mitad de sueño ante una necesidad imperiosa de beber agua.
- Garganta y labios agrietados y hasta mal aliento por la mañana.
Con un humidificador en la mesilla, conseguirás ponerle fin a la sequedad bucal y dormir como un bebé toda la noche. 🙂