Si tienes niños pequeños en casa habrás comprobado que a tu armario le falta espacio para guardar toda la ropa. Pijamas, bodies, camisetas, vestidos, calcetines… ¡Todo se acumula hasta formar una gran montaña de ropa!
Al crecer a pasos agigantados, los niños cambian de vestuario de un año para otro y eso nos obliga a ordenar sus armarios con más frecuencia que los nuestros.
En esta tarea, nos encontramos con prendas que no podemos reutilizar, como pueden ser unos zapatos desgastados, pero también con otras que están prácticamente nuevas o que merecen una segunda oportunidad.
Si vienen más niños detrás, muchos padres deciden guardar toda esa ropa para el hermanito o para sus sobrinos. Hay incluso padres que guardan también la ropita de primera puesta para sus nietos.
Si tú también tienes que hacer esa limpieza de armario y quieres guardar la ropa en las mejores condiciones, sigue estos consejos.
No lo dejes para el final. A veces con el ajetreo diario, acumulamos mucha ropa en el armario que ya no utilizamos. Una buena idea es retirar esa prenda cuando nos demos cuenta de que se ha quedado pequeña. Para ello, podemos reservar un cajón de la cómoda o una balda del armario y colocar allí la ropa. Al tener ese hueco cerca, podemos hacerlo justo en ese momento sin que tengamos que dedicarle mucho tiempo. Cuando se llene, sólo tendremos que pasar toda esa ropa a una caja, para guardarla hasta que volvamos a sacarla.
Antes de guardar la ropita, debemos lavarla con especial cuidado. La ropa de bebé o de niño se ensucia con más frecuencia y es probable que tenga manchas más difíciles de limpiar. Después, una vez que ya está limpia, plánchala con una plancha de vapor para guardarla sin arrugas. De esta forma, cuando la saques de la caja no tendrá las marcas más acusadas. Además, la ropa ocupa menos volumen cuando está planchada, así que podrás almacenarla mucho mejor.
Retira los botones de las prendas más delicadas: si vas a guardar la ropa durante muchos años, valora la opción de quitar los botones, al menos de las prendas más preciadas. Con el paso del tiempo estos se oxidan, dejando manchas en la ropa, que luego no se van.
Las cajas de cartón o plástico son un buen lugar para guardar ropa. Asegúrate de cerrarlas bien y de colocarlas en un lugar libre de humedades, para evitar la aparición de moho.
Con estos consejos, guardarás la ropa en las mejores condiciones, para volver a utilizarla unos años después. En el fondo, nos encanta ver crecer a nuestros pequeños, aunque eso nos lleve a hacer estas pequeñas tareas, ¿no crees? 😉
