¿A quién no le gusta la sensación de secarse la cara con una toalla suave? Es un gesto que nos relaja y, hasta nos quita el estrés, pero que puede ser desagradable si el tejido es áspero. De ahí que debamos cuidar nuestras toallas para que estén igual que el primer día.
Aquí te damos las claves para lavar y secar las toallas de la mejor manera, para no perder esa suavidad tan característica.
Cogemos de referencia las toallas de rizo de algodón 100%. Éste es un tejido natural que no está mezclado con otras fibras. Esto hace que provoque también menos alergias. Además de todo esto, las toallas de algodón son las más suaves.
Lava las toallas una vez por semana: dependerá del número de personas que vivan en un hogar. Si vives solo o con tu pareja no tendrás que cambiarla con tanta frecuencia como en una casa con niños pequeños. Estos tienden a ensuciarse más de la cuenta y a lavarse las manitas cada poco tiempo. Por eso, lo más recomendable es reemplazarlas cada semana, al igual que las sábanas. Hay que tener en cuenta que las toallas deben estar bien limpias porque entran en contacto con zonas sensibles.
Reserva una lavadora para toallas: No es complicado, porque ocupan mucho espacio y es probable que tengas que poner hasta dos lavadoras de toallas, si quieres lavar las de toda la casa. Además, no llenes hasta el tope el tambor, ya que conseguimos mejores resultados si las prendas tienen espacio para moverse durante el ciclo de lavado.
No olvides tampoco separar las toallas por intensidad de color, sobre todo si son blancas. Estas lávalas aparte o con toallas del mismo tono suave, para evitar que cojan el color de las demás y se estropeen. ¡Sería una pena!
Elige una temperatura media: como las toallas pueden acumular bacterias, tendemos a pensar que es mejor lavarlas con una temperatura alta. Así quitaremos todo resto de suciedad. Sin embargo, no debemos pasarnos, porque, aunque son toallas, no debemos olvidar que son 100% algodón y que nos arriesgamos a que se encojan. Por eso, lo mejor es lavarlas con agua tibia entre 30º y 40º.
¡No te pases con el detergente ni uses suavizante! Solemos usar más cantidad de detergente de la que deberíamos y eso acaba deteriorando la ropa, además de contaminar el medio ambiente. Por ello, utiliza un detergente neutro o menos cantidad de la que indica el fabricante. Aunque queramos que nuestras toallas sean muy suaves, se aconseja no usar detergente para que no se queden manchas ni restos en la toalla.
Las toallas cogen enseguida el olor a humedad, de ahí que sea clave vaciar la colada justo cuando la lavadora haya terminado. Es decir, no dejes mucho tiempo las toallas dentro del tambor. Para secarlas, extiéndelas en el tendedor y deja secarlas con el aire natural. Si son de un color llamativo no las expongas al sol, para evitar que pierdan tonalidad.
Si son toallas de lino, plánchalas. una vez que estén totalmente secas, pasamos la plancha para que queden todavía mejor. Sobre todo si, a continuación, vamos a guardarlas en un cajón. El planchado nos ayudará a doblarlas mejor, para que ocupen menos espacio. Si la toalla es de lino, debemos dedicarle un poco más de tiempo, ya que es un tejido que se arruga con mucha facilidad.
¿Te han servido estos consejos? Con ellos, tendrás unas toallas muy suaves. 😉
