La primavera es una estación colorida, que levanta el ánimo y nos prepara para el verano. Los parques se llenan de color, vuelven los planes al aire libre, los paseos en bicicleta… Pero no vamos a negar que tiene también su lado negativo: las temidas alergias.
Se conocen como enfermedades modernas porque, al parecer, surgieron tras la revolución industrial, con unos nuevos hábitos que transformaron el estilo de vida y el inicio de la contaminación. Lo cierto es que su incidencia en la población ha ido en aumento.
Los alérgicos al polen suelen ser también sensibles a los alérgenos domésticos, es decir, a los ácaros del polvo. Pero la buena noticia es que estos no son invencibles, podemos mantenerlos a raya para, al menos, estar tranquilos y relajados en nuestro hogar, ya que el exterior no lo podemos controlar.
Algunos consejos para evitar las alergias:
Ventila tu casa a diario por las mañanas y con las ventanas bien abiertas, especialmente la habitación donde duermes.
No sobrecargues el dormitorio con muebles, ten sólo los necesarios: cama, armario, mesa y, en ningún caso, cojines, ya que son los lugares preferidos de los ácaros.
No acumules muchos objetos en los muebles de tu habitación: libros en estanterías, discos, juguetes… Son el caldo de cultivo perfecto para los alérgenos. Una habitación despejada, con pocos muebles y objetos, tendrá siempre menos ácaros.
Limpia con aspirador y huye de la escoba. Con un aspirador podrás aspirar toda la suciedad de la casa, sin levantar polvo. Busca un aspirador con filtro HEPA antialérgico, ya que retienen una alta cantidad de polvo, hasta las partículas más pequeñas. En concreto, filtra hasta un 99,97 % de las impurezas y, además, su filtro es lavable. Elige un aspirador con bolsa, ya que ésta actúa como segundo filtro, evitando que se escape el polvo de nuevo al exterior.
Aspira los rincones poco accesibles: las esquinas más recónditas o los rincones donde no llegamos, así como los bajos de la cama o el sofá… En estos lugares se acumula mucha suciedad, que acaba provocando alergia. Con una boquilla más pequeña, podrás llegar a todos estos rincones y aspirar hasta las partículas más pequeñas.
¡No te olvides de aspirar el colchón y las cortinas! Normalmente aspiramos el suelo de nuestro hogar y nos olvidamos de aspirar también el colchón de la cama, donde se acumulan muchos ácaros. Los alérgicos saben que por las mañanas notan más los síntomas de la alergia, precisamente porque han estado en contacto con los ácaros que se encuentran en el colchón o la almohada. Hay boquillas de aspirador específicas con las que podremos aspirar de una forma eficaz estos dos objetos.
Intenta lavar, en la medida de lo posible, las sábanas a una temperatura alta, superior a 50ºC, ya que los ácaros no sobreviven a estas temperaturas y cambia la ropa de cama con frecuencia.
Limpia con un trapo húmedo para atrapar los ácaros y evitar que se trasladen a otro lugar de la habitación.
¡Esperamos que estos consejos te sirvan para mantener a raya a los ácaros! 🙂