Una tarta para cada ocasión, pero eso sí una tarta fácil de hacer. Como seguimos con nuestros postres caseros hoy te proponemos un clásico que nunca falla y que debe estar en el recetario de cualquier amante del dulce.
Una tarta de queso fácil de hacer que hará las delicias de todos tus invitados. ¡Empezamos!
El primer paso coincide con el de nuestra tarta fría de cuajada. Hacemos la base con galletas María trituradas. Esta base es muy recurrente en todo tipo de tartas caseras y le dan un sabor único a las tartas.
- Trituramos en el procesador de alimentos un paquete de galletas María y añadimos medio vaso de mantequilla líquida, que previamente hemos calentado en el microondas, y una cucharadita de canela. Mezclamos bien la masa y la colocamos de base en el molde de nuestra tarta.
- Colocamos ahora la jarra batidora, aunque también podemos hacerlo en un bol aparte, y mezclamos un bote de leche condensada, tres huevos y un bote de queso batido. ¡Importante! La tarta sale igual de deliciosa si utilizamos productos ‘light’ bajos en caloría para la leche condensada y el queso batido.
- Vertemos la mezcla en el molde sobre la base de galleta y añadimos arándanos u otros tipos de bayas.
- Introducimos la tarta en el horno a 180 grados durante 45 minutos, pero depende de cada horno.
- Apagamos el horno y dejamos reposar la tarta en su interior. Cuando se ha enfriado echamos sobre la tarta mermelada de arándanos y la introducimos en el frigorífico para que se enfríe.
- Tomar la tarta después de haberla dejado enfriar en el frigorífico al menos cuatro horas. ¡Conforme pasan las horas está todavía más deliciosa!
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