Cuando pongamos la colada debemos tener en cuenta dos ideas fundamentales: emplear un detergente de calidad que beneficie el estado de conservación de nuestra ropa y separar las prendas por colores y tejidos. Si quieres evitar que tu ropa blanca se torne amarillenta con el paso del tiempo, ¡sigue estos prácticos consejos!
Lo primero es poner la lavadora. Cuando vayamos a proceder a realizar un lavado, antes deberemos separar la ropa por colores y tejidos, ya que habrá prendas más delicadas que otras que deberán lavarse o por separado o junto a otras de similares características. La siempre sabia, pero a veces equivocada, rumorología española afirma que lo mejor para lavar la ropa blanca es utilizar una lejía especializada que podamos aplicar a nuestra lavadora y que así nuestra ropa no perdiese el tono de blancura que la caracteriza. No obstante, este consejo callejero no es práctico a la larga, ya que el uso de la lejía lavado tras lavado llegará a otorgar un color amarillento a nuestras prendas blancas. Por todo ello lo más recomendable es usar siempre un detergente de calidad que respete las cualidades de nuestras prendas.
Cómo lavar y planchar la ropa blanca
En general, las ropas de color se lavan en agua fría y templada para que no encojan, mientras que las blancas se lavan en agua caliente y con programas intensivos, consiguiendo así que éstas no perdiesen su tonalidad natural y quedasen limpias y desinfectadas. Una vez separadas las prendas y revisadas las etiquetas, para ver las condiciones de lavado de cada prenda, deberemos antes pretratar la suciedad acumulada en los cuellos, puños y bajos de la ropa blanca.
Para ello podremos utilizar lejía diluida en agua o un limpiador con oxígeno activo. Muchos de ustedes recordarán cómo nuestras abuelas colocaban un barreño, lleno de lejía diluida con agua, a pleno sol, y ahí introducían la ropa blanca. Hoy en día, el gran abanico de detergentes de calidad que existe en el mercado nos hace la vida doméstica más fácil.
Otro consejo a tener en cuenta es el de no lavar juntas las sábanas con las toallas, ya que las pelusas que desprenden estas últimas podrán adherirse en el lavado a nuestras sábanas y luego serán difíciles de eliminar. Será mejor tender cuanto antes nuestra ropa blanca, ya que así se evitará que ésta cogiese olor a humedad y se perdiese el aroma nuestro detergente de calidad.
A la hora de tender la lavadora de ropa blanca lo más adecuado será hacerlo al aire libre, para que los rayos ultravioleta del sol penetrasen en ella e hiciesen que no perdiese su blancura natural. No obstante, la ropa de color deberá ser tendida en otras zonas, ya que el impacto directo de los rayos solares provocará que ésta perdiese su tonalidad original.
¿Y qué hacer cuando vayamos a planchar? Lo ideal será utilizar un vaporizador que nos ayude a mantener la humedad de la prenda para que así se eliminasen fácilmente las marcas y arrugas. Después del planchado será importante dejar que se enfríen antes de guardarlas. Para que huela bien, además de nuestro detergente de calidad, será importante el uso de un buen suavizante, así como guardar en los armarios y cajones unas hojas de laurel, una pastilla de jabón o un pañuelo con gotas de perfume. ¡A partir de ahora podrás incluir estos trucos en el lavado y cuidado de tu ropa blanca!