Ya sabemos que la hidratación no sólo se consigue a través de la bebida, la alimentación es clave también para hidratar nuestro organismo. Así nos lo recordó la experta en nutrición, Asunción Armas, en este post sobre la hidratación en verano. Unos consejos que ha seguido Marta, una de nuestras colaboradoras, quien ha decidido hacer una deliciosa crema de verduras fría con mucho color después de degustarla en un restaurante.
Allá va….
Cuando tienes niños, la alimentación pasa a un primer plano. Intentas hacer platos saludables y nutritivos y que, a la vez, sorprendan a los niños, pero no siempre es fácil. Al final, acabamos siempre haciendo las mismas recetas y repitiendo comidas un día sí y otro también… ¿Te ocurre lo mismo? Por eso, siempre estoy con la antena puesta para captar nuevas recetas y, más en verano, cuando retiramos de la lista muchos de los platos de “invierno”.
El caso es que el sábado pasado fuimos todos a un restaurante para celebrar el cumpleaños de mi padre y en el menú del día incluían como primer plato una crema de verduras o sopa fría muy colorida. Hacía muchísimo calor ese día, así que me decidí a probarla y me encantó, tanto que ni corta ni perezosa, le pregunté al cocinero la receta para hacerla en casa. ¡Es una crema de remolacha y pepino con queso feta!
Leí las recomendaciones de Asunción sobre la importancia de cuidar la hidratación en los meses de verano, especialmente en los niños y las personas mayores por ser la población más vulnerable a sufrir golpes de calor y he intentado seguir sus consejos: cuidar la hidratación a través de la alimentación.
Así que, ese día tenía la oportunidad de incorporar un nuevo plato a mi recetario diario. Esta receta me gustó especialmente, porque incorporaba queso fresco y queso de cabra que combinaba muy bien con el sabor de la crema de verduras. La verdad es que hasta ahora no había probado la remolacha en sopa fría, sólo como condimento en ensaladas.
¿Quieres saber cómo lo he hecho?
¡Es muy fácil! Al parecer, es una receta típica de este de Europa, según me comentó el cocinero.
- El primer paso es cocer la remolacha, una patata y medio pepino en una cacerola de agua hirviendo.
- Dejamos cocer unos quince minutos y cuando esté listo retiramos parte del agua para que la crema quede más o menos espesa.
- A continuación, en una cacerola o sartén a parte, freímos la cebolla y el ajo y añadimos el sofrito a la cacerola.
- Trituramos con la batidora de mano y degustamos para añadir sal al gusto.
- Dejamos enfriar la crema de verduras y la metemos en el frigorífico.
- Servimos el plato y, a continuación, cortamos el queso feta en daditos y lo colocamos encima de la crema, junto a varias migas de queso de cabra.
- ¡Ah! En el caso de que no nos guste el queso, podemos sustituirlo sin problema con otros ingredientes que le van perfectamente a la crema: daditos de pepino crudo y huevo duro. Si nos gustan los dos, como es mi caso, siempre podemos alternarlas y hacerla de las dos maneras.
Y este es el resultado, ¿te gusta? Lo mejor, la cara de sorpresa que puso el pequeño al ver una comida con este color.
Crema de verduras de remolacha y queso feta.