Hay un momento en la vida en el que no hace falta pensar planes para los fines de semana. Tus amigos y familiares lo hacen por ti. En cuanto empieza el buen tiempo te planifican el calendario y te rodean todos los sábados con bolígrafo rojo, desde abril hasta octubre. ¡Vamos de boda en boda! En ese momento, un centro de planchado vertical puede ser un gran aliado.
Cuando una de nuestras compañeras nos contó que se encontraba en esa situación, le pedimos que nos dejara entrar en su casa y nos enseñara cómo se las arregla para repetir ‘modelito’ en las diferentes fiestas, a la vez que cuida sus vestidos. ¿Quieres verlos?
Allá va…
El año pasado visité muchas veces la tintorería. Este año, he descubierto el centro de planchado vertical. ¡Me va genial para mis bodas y fiestas familiares! Es perfecto para planchar los vestidos de fiesta que he ido coleccionando, porque no necesita entrar en contacto directo con el tejido y así puedo ponerlos a punto sin miedo a dañar las telas delicadas.
¿Qué vestido me pongo? El primer paso es sacar todos los vestidos del armario. Son tejidos delicados, de gasa y raso, que aunque los guardes con mucho cuidado en el armario, cuando los sacas siempre tienen pliegues, marcas y arrugas.
Y aquí entra en juego el centro de planchado vertical. Lo extiendo hasta la altura máxima.
… cuelgo el vestido en su percha y ya estoy lista para empezar.
Lleno el depósito de agua y enciendo el centro de planchado simplemente pulsando un botón.
Lo que más me convence es que es facilísimo. No necesito ninguna técnica especial. Sólo tengo que pasar el vapor por la prenda, para ver cómo desaparecen las arrugas.
Si hay alguna más resistente, puedo regular la cantidad de vapor.
Es tan fácil, que al final acabo por planchar todos mis vestidos de fiesta. En total, invierto aproximadamente media hora.
Y ahora que todos están a punto, ¿cuál elijo? Creo que esta vez me pondré el vestido color coral.
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