Hoy vamos a preparar una receta tan veraniega como sencilla. No requiere apenas elaboración y es un plato fresquito, perfecto para combatir el calor. Hablamos del gazpacho de remolacha.
Partiendo del gazpacho tradicional, hay muchas otras variantes igual de saludables, que conseguimos cambiando alguno de los ingredientes. Está el gazpacho con sandía, calabaza, cerezas, aguacate, calabacín, jengibre y zanahoria… y el gazpacho de remolacha, que es el vamos a cocinar hoy.
Es un plato, además, que nos ayuda a mantenernos hidratados en verano. En esta época del año debemos cuidar la hidratación, no sólo bebiendo la cantidad de agua recomendada sino también a través de la alimentación, eligiendo recetas que lleven agua.
En verano debemos cuidar la hidratación, no sólo bebiendo la cantidad de agua recomendada sino también a través de la alimentación.
¿Qué nos aporta la remolacha?
Las propiedades de este tubérculo son cuantiosas. Tanto es así que es un ingrediente que no falta en las dietas más saludables. Contiene hierro, minerales, vitamina A y C y fibra, lo que nos ayuda a prevenir el envejecimiento, a depurar toxinas y a mejorar la presión arterial. ¿Qué más se puede pedir? Que esté delicioso, así que nos ponemos con la receta y lo hacemos todavía con más ganas, después de conocer todas sus ventajas.
Gazpacho de remolacha, ingredientes para cuatro personas:
- Un kilo de tomate maduro
- Un pepino
- Cebolla
- Pimiento verde
- Un diente de ajo
- Dos remolachas
- Aceite y vinagre
- Sal
- Pan
¿Cómo lo hacemos?
- Lavamos y pelamos los ingredientes: cebolla, remolacha, pepino, el pimiento y el ajo. Mientras tanto, dejamos el pan a remojo con el aceite y el vinagre.
- En una batidora de vaso, añadimos los ingredientes y los trituramos hasta que quede una mezcla homogénea. Una vez triturado, la pasamos por un chino para quitar los grumos y ya tenemos nuestro gazpacho de remolacha terminado.
- Debemos servirlo frío, por lo que tenemos que meterlo en el frigorífico hasta que se enfríe. Una vez en el plato, terminamos de decorar con unos tostones de pan tostado, daditos de queso fresco o un huevo duro. ¡Delicioso!