Cómo hacer un auténtico café capuchino

Si te gusta el café, sabrás que su aroma es capaz de levantarte el ánimo. No importa donde estemos, en casa o en el trabajo, ya que una taza de café sienta bien en cualquier momento.

Si estamos en mitad de nuestra jornada laboral, el café nos ayuda a mantenernos despiertos y a volver a las tareas con un poco más de ánimo. El café es también perfecto para los días de descanso, para una conversación con confidencias entre amigos o para alargar una sobremesa familiar.

Pero hay muchos tipos de café: el café irlandés, el café manchado, el bombón… Y, por supuesto, el capuchino, uno de los más conocidos del mundo y el café italiano por excelencia.

En casa también podemos disfrutar de un auténtico café capuchino. ¿Quieres saber cómo hacerlo?

¿Cómo hacer un café capuchino?

La base del capuccino es el espresso. Con un cafetera espresso o de cápsulas, lo haremos fácil y rápidamente, teniendo gran parte del capuccino hecho. Pero, ¿qué diferencia al capuccino del espresso? La clave está en la leche. Para hacer un capuccino, debemos añadir al espresso una espuma de leche muy cremosa. ¿Cómo la podemos hacer?

La receta tradicional recomienda utilizar leche fresca entera. Esto es así porque la consistencia de la espuma depende de la cantidad de grasa de la leche. Con la leche entera, conseguiremos una espuma cremosa y densa. En cambio, si utilizamos una leche desnatada la crema se deshará más fácilmente y no tendrá la densidad adecuada.

Además, es importante también que la leche que utilicemos sea fría, porque así tendremos más tiempo para preparar la espuma. 

Cuando ya la tenemos, añadimos la espuma de la leche al espresso. Dada la densidad de la espuma, podemos hacer fácilmente una mancha blanca en café y hacer formas con un palillo de madera. Para darle un poco más de color, podemos terminar decorando con unos hilos de chocolate. ¡Ya lo tenemos!

¿Cuál es el origen del capuchino?

Hay historias que vinculan el origen de este café a la Orden de los Capuchinos, mientras que otras las sitúan en Austria en el S. XVIII. Lo que está claro es que el café está delicioso y que fue en el siglo XX cuando se popularizó.

Las cafeteras de espresso con boquilla para la espuma han hecho que podamos disfrutar también de un auténtico capuccino en nuestras casas, cuando hasta hace apenas unos años sólo podíamos degustarlos en las cafeterías.