Calor para aliviar el dolor de las las cervicales

Dicen que el dolor de espalda es el más común de los seres humanos. Prácticamente todos hemos sentido molestias musculares en esta zona del cuerpo en algún momento de nuestra vida. Estas dolencias afectan directamente a nuestro bienestar. Sentirnos bien influye en nuestro día a día: trabajamos y descansamos mejor y disfrutamos más de cada momento.

Por el contrario, si arrastramos dolencias, cualquier actividad que hagamos nos costará más trabajo. En muchos casos, estas dolencias son producidas por malas posturas ante el ordenador, por estrés, por emociones fuertes, por tensión…

Sentirnos bien influye en nuestro día a día: trabajamos y descansamos mejor y disfrutamos más de cada momento.

Si te encuentras en esta situación, el primer paso es querer solucionarlo, y después poner los medios necesarios. Se recomienda consultar al médico de cabecera y acudir a un fisioterapeuta, para que te ayuden en la recuperación, pero hay otras técnicas que podemos aplicar al mismo tiempo desde casa.

El calor tiene un efecto terapéutico que ayuda a destensar los músculos. Con una almohadilla eléctrica podemos aplicar este calor fácilmente y preparar la zona, para que esté más relajada cuando el terapeuta la trabaje.

Para ello, debemos elegir la almohadilla más adecuada para cada dolencia. Si te duelen las cervicales, deberas elegir una almohadilla diseñada para esta zona del cuerpo. El dolor comienza siendo moderado pero persistente, centrado en la nuca, y se irradia hacia la parte alta de la espalda.

Es frecuente entre:

La aplicación de calor alivia la contractura y reduce el dolor.

¿Cómo son las almohadillas cervicales?

Aunque hay distintos tipos de almohadillas, debemos elegir la adecuada para cada zona. Si las molestias se centran en la zona cervical, elegiremos una almohadilla cervical, ya que será más efectiva.

¿Cómo son?

Con una almohadilla eléctrica podremos cuidar de nosotros mismos en casa y salvaguardar nuestro bienestar. Como decía el escritor, Jim Rohn, ‘cuide de su cuerpo, es el único sitio que tenemos para vivir’.