Dicen que el dolor de espalda es el más común de los seres humanos. Prácticamente todos hemos sentido molestias musculares en esta zona del cuerpo en algún momento de nuestra vida. Estas dolencias afectan directamente a nuestro bienestar. Sentirnos bien influye en nuestro día a día: trabajamos y descansamos mejor y disfrutamos más de cada momento.
Por el contrario, si arrastramos dolencias, cualquier actividad que hagamos nos costará más trabajo. En muchos casos, estas dolencias son producidas por malas posturas ante el ordenador, por estrés, por emociones fuertes, por tensión…
Sentirnos bien influye en nuestro día a día: trabajamos y descansamos mejor y disfrutamos más de cada momento.
Si te encuentras en esta situación, el primer paso es querer solucionarlo, y después poner los medios necesarios. Se recomienda consultar al médico de cabecera y acudir a un fisioterapeuta, para que te ayuden en la recuperación, pero hay otras técnicas que podemos aplicar al mismo tiempo desde casa.
El calor tiene un efecto terapéutico que ayuda a destensar los músculos. Con una almohadilla eléctrica podemos aplicar este calor fácilmente y preparar la zona, para que esté más relajada cuando el terapeuta la trabaje.
Para ello, debemos elegir la almohadilla más adecuada para cada dolencia. Si te duelen las cervicales, deberas elegir una almohadilla diseñada para esta zona del cuerpo. El dolor comienza siendo moderado pero persistente, centrado en la nuca, y se irradia hacia la parte alta de la espalda.
Es frecuente entre:
- Personas que están muchas horas frente al ordenador en la misma postura.
- Estudiantes que pasan tiempo frente a los libros, con la cabeza agachada.
- Trabajadores que por su empleo levantan grandes pesos.
- Personas con poca masa muscular, que sienten más dolor con las contracturas.
La aplicación de calor alivia la contractura y reduce el dolor.
¿Cómo son las almohadillas cervicales?
Aunque hay distintos tipos de almohadillas, debemos elegir la adecuada para cada zona. Si las molestias se centran en la zona cervical, elegiremos una almohadilla cervical, ya que será más efectiva.
¿Cómo son?
- Su diseño hace que podamos colocarla a la altura del cuello para que el calor llegue a esta zona. La parte superior está diseñada para adaptarse y rodear el cuello, algo que la diferencia del resto de almohadillas.
- Tiene un mando con tres temperaturas para regular la intensidad del calor.
- Gracias al autoapagado automatico, podemos usarla por la noche antes de dormir sin miedo a quedarnos dormidos sin apagarla, porque tras 90 minutos en uso, se desconecta de forma automática.
- La funda es suave y lavable. El tacto de la almohadilla es otra cuestión a tener en cuenta a la hora de comprarla. Al estar en contacto con la piel, debe ser suave y agradable. Además, esta funda la podemos lavar sin problema en la lavadora a una temperatura de 40º C.
Con una almohadilla eléctrica podremos cuidar de nosotros mismos en casa y salvaguardar nuestro bienestar. Como decía el escritor, Jim Rohn, ‘cuide de su cuerpo, es el único sitio que tenemos para vivir’.